viernes, 20 de agosto de 2010

Arroz con leche... me quiero casar...

Las mujeres de mi generación fuimos entrenadas para ser amas de casa.
Nuestras madres fueron jefas del hogar y ecónomas naturales, fructificando el salario de los maridos y jamás se les hubiera ocurrido intercambiar roles con ellos, porque ahora después de tantas vueltas sigo creyendo que una mujer que atiende el hogar es una bendición para su familia.
Cuando tía Soffy me insistía que debía ser “una mujer como la gente”, y quería enseñarme a cocinar yo no le paraba ni cinco de bolas —cuanto lo lamento, pues me perdí de mucha información valiosa—
Finalmente, algo quedó, sobre todo un paladar educado con las delicias que elaboraba. Me defiendo bien en la cocina y disfruto las faenas hogareñas, creando nuevos métodos de mujer práctica y contemporánea...
Aquella cancioncita infantil que sonaba:
...Arroz con leche, me quiero casar
Con una señorita de san Nicolás
Que sepa tejer, que sepa bordar
Que sepa abrir la puerta para ir a jugar...
…era como una letanía forjando el subconsciente y algunas nos resistimos a ser el modelito de señora bien, atada a interminables tareas, limpiando, cocinando y cuidando pelaos.
Crecimos con esa dicotomía, porque a las madres y abuelas las veíamos desvalorizadas y la nueva tendencia era hacerse profesional y competir en el mercado productivo con los hombres; porque de una cosa estoy segura, ganar dinero tiene sus ventajas y definitivamente suministra independencia. Y las mujeres ya le tomamos el gustico.
En el tiempo en que mis coetáneas y yo estudiamos en la universidad y más tarde al ser autosuficientes, desertamos un poco de la casa. Las labores fueron relegadas a las abuelas, tías o al servicio doméstico. Pero cavamos nuestra tumba, pues seguíamos con la gerencia del hogar. Otras delegaron por demás a la mucama y esta se quedó con el marido, la casa y hasta los hijos. Casos se han visto!!
Si en esa época me hubieran dicho que iba a ganar salario por ser ama de llaves, niñera, cocinera y todera —como somos todas— no lo hubiera creído. Yo asumí ese rol, aunque como empresaria siempre trabajé al interior del hogar para estar cerca de mis hijos.
Todo esto viene al caso, porque en esta aventura otoñal que nos regalamos Jorge y yo, vinimos a explorar en USA, como es que se vive en un país organizado.
Buscar trabajo se convirtió en toda una hazaña. Nos internamos en las páginas de búsqueda y jamás sospechamos que acá —donde supuestamente todo es correcto— nos iban a tumbar (currar).
Pero si, lo hacen y de las formas más inimaginables y no hay derecho a reclamar, mejor dicho, chicho, no hay a “quien echarle el muerto”. Así que además de estar desempleado, se pueden perder los ahorros.
La forma más fácil de hacerse vulnerable, es colocar un perfil en CRAIGHLIST(http://www.craigslist.org) —un buscador bastante efectivo— seguidamente empiezan a llover ofertas tentadoras que alegran, pero ojo!... algunas son los SCAMERS! —estafadores de las redes— quienes ofrecen el “ORO y el MORO” con el plan de timar. La respuesta más sencillita —y generalmente la más corta— puede ser la oferta real.
Ese es el famoso “derecho de piso” o novatada. Otro, es el código tácito, del recién llegado, que tiene que romperse el cuero con los peores y mal pagados trabajos. Los que llegaron antes, contribuyen a crear esa atmósfera de repetición de esquemas… — “Tú también debes pasar por lo que yo pasé” —previenen constantemente, pensando que es correcto—.
Yo personalmente no lo creo necesario, pero si hay que estar preparado, especialmente con el idioma, ser una especie de “todoterreno”, medírsele a cualquier contingencia y estar muy centrado con lo que se quiere; finalmente armarse de paciencia y esperar.
A pesar de la crisis hay trabajo o formas de generar ingresos. Pero si, hay que estar preparado para “lo que se presente”, dentro del marco legal y moral.
En una de esas búsquedas, recibimos una oferta en Tennesee y haciendo acopio de nuestro espíritu aventurero, nos fuimos pa’allá, recorriendo y disfrutando el país. Pretendíamos fundirnos con la médula de la cultura norteamericana.
Llegamos a Knoxville, una ciudad mágica que tenía algo de lo que pretendíamos y estuvimos ahí un tiempo. Pero nos fue como a los perros en misa en el tema salarial. Ojo!! Algunos quieren explotar a los latinos... algunos…
Por suerte, esa movida nos permitió explorar el noreste del país y en ese paseo extraordinario llegamos hasta Boston —a conocer la casa donde Jorge había nacido— pasando por Washington, New York, new Jersey, Carolina del Norte, Georgia, aliñándonos con el grato reencuentro de familia y amigos dispersos en el territorio norteamericano y pudimos solazarnos con su geografía.
Fue un viaje inolvidable!... Luego volvimos a la Florida y nos estacionamos de momento, porque nos gustó mucho el continente en pleno.

Con STAVROS FRANTZIS en su galería de BOSTON, cuadro de Rodolfo Valencia, de la pintora cartagenera Rubí Rumié

A nosotros, la familia y amigos, nos apoyaron en el período de adaptación, así que tuvimos esa bendición. Estudié el panorama y observé un vacío al interior de los hogares —veta para mí como HOUSEWIFE— con lo cual enfoqué mi perfil hacia lo que hago bastante bien. Actualmente en mi trabajo de nanny, soy la abuela risueña y cómplice que le baila y cocina delicias sanas a unos gemelos hermosos que me alegran la vida.
“Lo bueno de Miami, es que queda cerca de USA” —dicen por acá, en esta amalgama de hispano-parlantes— incluso, en negocios de Kendall y Coral Gables —barrios que se perecen a Barranquilla— hay letreros que dicen: “English Spoken”. En Pompano Beach —al norte de Fort Lauderdale— me siento como si estuviera en Bocagrande, —más organizado y sin ventas ambulantes—; casi diario voy al mar y manejo por la costa —aunque gaste 10 minutos más para ir al trabajo— pero evito el stress de la autopista.
No todo es como lo pintan, en las ciudades pequeñas hay una vida más sosegada y la vida es llevadera, generando buena vibra alrededor: tiempos gratos con la familia y amigos que nutren el afecto y tiempo para el divertimento (http://www.youtube.com/watch?v=uapgq-cKe7o).
También se puede vivir con CALIDAD, tener vida reposada, comer sano, tener contacto con el arte y la naturaleza y el valor agregado es la SEGURIDAD. Eso es impagable.
El “sueño americano” lo dejamos para los más jóvenes. Algunos jocosamente, le llaman así a la somnolencia que tienen quienes viajan por la TURNPIKE, después de una extenuante jornada; pero ésta también podría ser corta, en la medida de la decisión de cada uno y esto es buscar la manera de ganar mas en menos tiempo, esa es la verdadera calidad de vida.
“Torcerle los ojos” a las seducciones del sistema consumista que invitan a comprar novedades y chucherías inútiles es clave para vivir tranquilos, ni gastar más de lo que se gana es clave y otra, es respetar las reglas, ser honestos y cumplidos. Por otro lado aprender el INGLES eleva el status laboral —con el cual se consiguen trabajos como bilingües— y por último la licencia de conducir viene a ser la identificación personal. Pero eso sí, ser auténticos, conservar la identidad y tener presentes nuestras raíces.
Aquii, ya asumieron al español como segunda lengua, y quieren que sus hijos lo aprendan, lo cual se convierte en una buena veta de trabajo, para educadores, en esta Babel contemporánea.
A mí me dicen que debo poner mi corazón duro para poder sobrevivir aquí y yo le pido a Dios todos los días que me mantenga siempre mi esencia, la cual sigue incólume, porque yo no vine acá para ser influenciada, sino a ser transformadora.
Elijo vivir conforme quiero… y toco con alegría a todos los seres que halle en mi camino, indiferente de cual sea su pabellón. …
Y supe abrír la puerta para irme a jugar!!...

SALUD Y VIDA!

Oropéndola

2 comentarios:

  1. Judy cada vez me sorprendes más con tus maravillosos escritos que nos evocan los tiempo de nuestra infancia. Te felicito por esa gran capacidad que posees para transmitir tus pensamientos y tus recuerdos de nuestra época pasada en el cual vivimos tan felices.
    Te mando un beos y un abrazo grande
    Alvaro Redondo

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  2. Hola Yudi mi amiguis querida. Que delicia es leer estas anécdotas. Me encanta lo que escribes, porque a mi en particular me trasmites y me transportas a muchas cosas bonitas que también viví en mi infancia como los juegos del vasito de agua y otros, al igual que el señor de las Griegas.Felicitaciones por tan grande talento.
    Un fuerte abrazo,

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