jueves, 28 de noviembre de 2013

COMIENDO PAVO...


Estoy acordándome hoy de aquellos días cuando se empezaba a preparar el pavo que nos íbamos a comer en Navidad, --que es cuando se usa comer pavo en mi tierra--.


En mi casa, el animalito había venido viajando desde los Montes de María, donde vivía Silvia, la hermana mayor de mi mamá, en una finca que quedaba bastante lejos de la carreta Troncal de Occidente. Venía en bus haciendo cada tanto UUUUjjrrjJJJ, y después se dormía de tanto meneo.

Luego en la casa, lo echaban al patio varios días, para que repusiera las carnes comiendo gusanitos y bichitos varios y el día anterior empezaban a emborracharlo con vino de mesa, dizque para conseguir un mejor sabor. Ay, Dios mío, pobre animalito!

Por suerte la borrachera le servía para no darse cuenta que iban a “darle materire”, --darle vuelta el pescuezo--.

Luego, lo rellenaban con un picadillo, que recuerdo que era más rico que el mismo pavo y lo disfrutábamos en la nochebuena, --la víspera de Navidad--.

A los hombres de mi tierra tampoco les gustaba “comer pavo”. Que era quedarse sin bailar en un baile.

Que recuerdos!!

 

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